Navidown presenta una Navidad íntima y humana, donde lo sagrado y lo cotidiano se entrelazan en un clima envolvente, y donde la voz, y los arreglos acompañan la reflexión sobre la fe, la duda y la necesidad de cobijo en medio del caos. El doble single está formado por dos canciones muy diferentes entre ellas, pero muy complementarias a la vez. La cara A presenta un Paco Pecado que no deja de sorprendernos pero es una canción muy pecadora. Por su parte, la cara B, nos sorprende con una versión de Paco muy poco conocida: sintentizadores electrónicos, arpegiadores envolventes…
Paco Pecado redefine la balada navideña desde el futuro. “Nunca perdí un avión” es un villancico profano envuelto en sintetizadores brillantes, arpegiadores hipnóticos y un beat que late como los corazones de los amantes. Sobre esa producción futurista, Paco despliega su voz de trovador venido a menos para confesar cómo dejó escapar un vuelo a Nueva York por enredarse -literalmente- en los quehaceres del amor.
‘Navidown’ nos invita a ponernos sentimentales, sumergiéndonos en un viaje introspectivo sobre la fe, la esperanza y la desilusión. Lejos de ser un villancico tradicional, la canción combina atmósferas etéreas y un cálido sonido coral, con la participación de Laaza y Eva Moro y la colaboración especial de Kris Tena.
La letra es un reflejo de la confusión del mundo contemporáneo, recreando portales sin luz, falsos profetas y banderas que se alzan y se queman. Entre villancicos, turrón y brindis familiares, el estribillo —“Navidown, Navidown, me falta esperanza pa creer en ti”— se convierte en un mantra que busca iluminar el camino al edén, incluso mientras Dios permanece callado.
Paco Pecado transforma este tema en el remedio a esa necesidad de cobijo en medio del caos. Es un villancico tan honesto como triste y bello, todo por partes iguales, para crear un villancico del siglo XXI uniendo lo mejor, y lo peor, del universo Pecador y el imaginario navideño.
